Parece que sentirse estresado por el trabajo es algo bastante común en nuestros días. De hecho, seguro que más de una vez, cuando le has preguntado a algún amigo cómo estás, te responde algo como “muy liado con el trabajo”, “hasta arriba…” o “no hago otra cosa que trabajar, así que no tengo mucho que contarte” y ni se diga si le preguntas directamente por el trabajo… Incluso es probable que seas tú mismo/a quien da estas respuestas cuando alguien te pregunta cómo te va.
Según fuentes nacionales, el estrés laboral no hace más que aumentar, ocupando el segundo puesto de los problemas de salud más comunes entre los trabajadores. Y es que el riesgo de normalizar “estar hasta arriba y no poder más” es pasar por alto los indicios de que es posible que estés sufriendo estrés laboral. Para saber en qué términos nos estamos moviendo, el estrés laboral puede entenderse como la reacción o consecuencia que sufrimos cuando hay un desequilibrio entre las demandas de mi trabajo y las capacidades o recursos que tengo a disposición para hacerle frente a dichas demandas. Dado a que nuestro cuerpo tiene unos recursos limitados, si se mantiene este desequilibrio, probablemente aparecerá esa sensación de agotamiento físico y mental de la que hablábamos.
Si experimentas estrés laboral mantenido en el tiempo, es probable que se esté manifestando de alguna de las siguientes maneras:
Si te has sentido identificado/a con bastantes puntos de los anteriores, que no cunda el pánico, desde nuestra consulta podemos ayudarte a poner solución a este problema. Es cierto que el tratamiento se adapta a cada caso en particular, pero se pueden destacar los siguientes puntos de trabajo:
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